El marido estaba molesto porque su esposa no podía corregir su comportamiento promiscuo, por lo que se fue a trabajar después de haber sido confinado en casa como castigo. La criada vio accidentalmente que su marido se olvidaba de cerrar la puerta con llave cuando salía. Luego encontré una esposa con los ojos vendados y restringida. No puede mantener el sentido común y comete travesuras obscenas. Aunque parecía obvio y retraído, pronto fue descubierto y reconciliado al convertirse en la mascota sexual de su esposa. El propio Irama suplicó que le torturaran los pezones y finalmente tuvo que realizar el servicio sexual según los deseos de su esposa.